Si pudiera
recorrer tu cuerpo
con el tacto lento y alborotado
de mi deseo.
Si pudiera
acariciar tu cara
y alborotar tu cabello
con la dulzura mimosa
de mi deseo.
Si pudiera
besar tu piel
besar tus besos
con el ansia inaplacable
de mi deseo.
Si pudiera
amarte irrespetuosamente
con el debido respeto
de mi deseo.
Lo haría…
si desatara el deseo
de mi deseo.
Francisco de Sales