Está inquieta la noche y eso es un mal presagio.
Puede aparecer una tormenta en cualquier momento,
o amanecer de golpe sin previo aviso,
o que la luna sienta miedo
y desaparezca para siempre.
También pudiera ser que llegara el invierno
aprovechando la oscuridad
y sin respetar su turno en el calendario.
Tampoco sería de extrañar
que algún país se cambie de sitio,
alguna montaña crezca descomunalmente
o un río cambie de dirección.
A estas noches inquietas
le siguen amaneceres asombrados,
personas desubicadas,
y días que no encuentran su sitio.
Está inquieta la noche.
No va a colaborar con los ladrones,
dejará desamparado el mar,
alborotará el silencio
y no será cómplice de los enamorados.
Esperaré atento y ansioso a que finalice.