El primer silencio

El primer silencio tras tu muerte

aún pervive en mi día a día, aún retumba sin eco,

aún me estremece y me descompone en llanto.

Tanta vida juntos acabó con el suspiro

que ponía un punto final.

Y entonces me llegó ese silencio del que te hablo.

A partir de ahí no volví a escuchar tu voz

-sólo lo que quedó en mi recuerdo-,

ni volvió tu sonrisa para encandilarme.

Nada consoló tu ausencia.

Desde entonces mis silencios son más prolongados,

las noches más eternas y mi llanto está a todas horas.

El primer silencio tras tu muerte

ya me advirtió de lo que sería mi vida sin ti,

vida triste y desangelada,

y con un dolor que crece día a día

ya que mi memoria se empeña en recordarte

y tu desaparición es una puñalada certera

que cada día se me clava más.

Vivir sin ti me mata.

Tu ausencia me mata.

Todo me mata.

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