Esta mi vida,
salpicada de misterios,
anda con puñales escondidos
que buscarán mi espalda.
Esta mi vida,
disfrazada de vida real,
no es más que un teatro
donde interpreto a un hombre
que dice ser bueno.
Mi verdad no acepta chantajes,
los halagos me los meto por…
las mentiras remueven mis tripas
y despiertan mi instinto malvado.
Vivir resulta a veces
temerario y contraproducente;
una tarea para insensatos
o para locos que no estén cuerdos.
Camino directamente a mi deriva,
encuentro apoyo en suelos falsos,
rezo jeroglíficos,
reniego de todo.
A veces mis demonios toman el mando
y yo sólo soy su siervo,
su víctima favorita
o el saco de boxeo.
Vivir carcome el alma;
a veces la desesperanza es mi amiga,
me maltrato sin respeto,
envidio la calma de los muertos.
Esta mi vida
es mi cruz y mi Calvario,
tortuosa y torturadora,
amable o malparida;
me mima con intensidad
y con intensidad se ensaña
en robarme las sonrisas
y flagelarme el alma.
Vivir no siempre es fácil,
llegar al infierno sí es sencillo;
buscarte sin rencor me cuesta
y encontrarte no es mi salvación.
Me nutro de mis desconciertos
para rellenar estos folios;
todo sería mejor si me mirase con otros ojos,
si me aceptara sin condiciones,
si me amase con otro corazón.
El camino hasta mí es largo,
es oscuro y retorcido,
es insano y vengativo.
Volveré a buscarme otro día,
cuando no esté tan destrozado.