No aprendo

Esto

de que todos los días amanezca el sol

y todas las noches esté la luna presente

y que las estrellas no falten a la cita

y que las flores regresen cada primavera

y siempre haya hembras pariendo

y que las mareas no se cansen de subir y bajar

y las olas no se aburran de venir y retirarse

le quita un poco de magia

a la magia que es la vida.

La rutina desluce la maravilla.

La mirada es capaz de perder el asombro.

La belleza se nos hace invisible.

Estoy en la playa mirando el mar.

Cuento siete segundos y llega una ola nueva

que es distinta de la anterior aunque se parezca.

El sol se refleja en cada gota de la ola.

Su sonido me hipnotiza.

El milagro está ante mí

y me lo pierdo por estar escribiendo.

Lo sigo haciendo mal.

No aprendo.

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