No supe escuchar tus llamadas
-soy de oído desatento-,
ni ver el grito en tu mirada
-soy ciego ante las evidencias-,
ni decirte la palabra apropiada al momento
-todas mis voces nacieron mudas-.
Soy hombre inexperto,
fugitivo de mis emociones,
náufrago en mis sentimientos,
huérfano de corazón.
Me pierdo en el mundo de las emociones,
mis latidos nacen muertos,
mi sensibilidad es de piedra,
mi alma hace tiempo que me abandonó.
Es una tragedia ser así
y no poder llorar
cuando llorar es lo que quiero.