Fui, soy, seré.

No digas

que fui un niño acurrucado en tus brazos;

apenas he dejado de serlo

y te añoro,

cielo simbólico que eres,

lugar de mi recogimiento.

No cuentes

que fui hombre abrazándote

y niño siendo abrazado;

hombre viril llevándote al éxtasis

y luego niño roto buscando consuelo.

No me delates

porque fui feliz

-Dios y yo lo sabemos-.

Tú fuiste el sueño que se hizo realidad

y yo fui suspiro del Creador.

Fuiste el Alfa y el Omega

de cada uno de mis suspiros

y de todos mis desconsuelos.

Deja una respuesta