Te extraño

Extraño

el deslizamiento de tu dedo

por mi espalda

mientras me recuperaba

de la ardiente batalla

entre nuestros cuerpos.

Extraño

tus dedos ágiles

bajando inquietantemente lentos

por mi pecho, por mi vientre,

para pararse bruscamente

y quedarse quietos

justo cuando yo no quería que se parasen.

Extraño

que uno de tus dedos,

cualquiera,

se pose en mis labios

obligándome a callar

justo cuando voy a decirte,

aunque tú no quieras

y con todas las palabras,

que te amo.

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Esther Castillo

    Hermoso poema te extraño

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