Sin miedo a vivir

Aspiramos a la seguridad

sin querer admitir

que sus antónimos tienen más fuerza

y más verdad.

Viene lo desconocido,

llega lo inesperado,

ocurre lo indeseado,

y nos quedamos boquiabiertos

y con el corazón herido.

Soltar y no esperar

ni una cosa ni la contraria

forma parte inevitable

de esto que llamamos vivir.

Lo que gastamos en miedo

deberíamos invertirlo en valentía.

Es mejor

que los apegos no nos esclavicen,

que la sombra no nos haga perdernos,

que sepamos reír frente al miedo

y que nada sea nuestro enemigo.

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