Hace tiempo que dejé atrás
la ilusión por vivir:
negocié un porvenir que se alargara
sin darme grandes sobresaltos;
entregué mis armas y mi bandera
y me encadené al presente
porque dudo de mi pasado
y del futuro no me fío.
Paso los días del modo menos agresivo,
malvivo desencantado,
no me queda fe ni confianza,
creo firmemente en el desamor.
Me conformo con salir indemne
de mis propios atentados;
mi pensamiento está lleno de espinas,
soy mi contumaz y experto enemigo.
Arco Iris en blanco y negro,
obsesivamente desesperanzado,
malvivo con mis carencias;
me acuesto muerto
y muerto me despierto.