Envejezco (y no quiero)

Le estoy culpando al espejo

por devolverme una imagen, estropeada,

de quien no soy yo.

Acuso al tiempo por pasar

tan rápida y cruelmente,

acumulándose en mi tripa

y arrugándose en mi cara.

Culpabilizo a la vida

por no haberme enseñado a vivirla,

por no haberme prestado atención exclusiva,

por no aliarse conmigo.

Maldigo no ser la excepción

que rompiera la tradición atávica

de aviejarse

y morir.

Está claro:

me falta la dignidad de envejecer.

Francisco de Sales

Deja una respuesta