Estas tardes de verano

Estas tardes veraniegas,

amodorradas,

me llevan sin remedio

a una siesta lenta.

Mientras el sol

señorea el cielo,

regando calor y regalando luz,

yo sucumbo al sueño

que me vence inevitablemente.

Me despierto tarde,

y muy despacio.

La mente tarda en ubicarse.

La inconsciencia juguetea conmigo.

Me cuesta averiguar

si ya soy yo

o sigo en el sueño.

Hoy,

en ese estado,

he pensado que yo nunca moriré

pero algún vez se me olvidará despertar.

Francisco de Sales

Deja una respuesta