Robarle al olvido

Siempre es hermoso

entrar en el olvido

y robarle sus ganancias,

y rescatar de la cárcel

algunos recuerdos,

apenas vivos,

e insuflarles aire de nuevo

con el pensamiento,

y es hermoso entrar en ellos:

expandirlos,

reverdecerlos,

añadirles el cariño de la nostalgia,

disfrutarlos como si fueran nuevos.

Recrearlos.

Recrearse volviendo a vivirlos:

robarle al olvido sus ganancias

y traer los recuerdos

al sueño de imaginarlos vivos.

Francisco de Sales

Deja una respuesta