Alboroto del aire insurrecto
buscando rendijas cómplices
por las que ingresar en el convento…
Monjas corriendo desbocadas,
grititos vírgenes en sus voces blancas,
tocas bamboleantes,
algarabía de rosarios y breviarios…
Desbandada de palomas en el patio
huyendo en el viento del viento;
claustro embravecido,
repique de campanas desacompasadas…
El aire, travieso y obstinado,
irrespetuoso y juguetón como un niño,
penetra en el Convento…
Francisco de Sales