Los días quietos

Qué poca prisa tienen

algunos días del calendario;

son esos días largos

que no se llenan con segundos,

ni con horas de reloj.

Los minutos,

parece como si se repitieran:

uno,

el mismo,

otra vez el mismo.

Las manecillas,

momificadas,

no logran completar vueltas.

Cada una es la misma.

La tarde es la mañana.

La noche huye sin descanso.

El final no está instalado.

El mundo se rige por relojes muertos.

Así son algunos días.

Francisco de Sales

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