Gastó varias vidas en comprobar
que la tristeza de las muertes
se basa más en la incomprensión
que en la propia ausencia.
Llanto culebrino, voz de congoja,
y la pena enquistada en el gesto.
La muerte adelantándose al destino,
el no querer investido de luto,
y los malos presagios entonando el canto fúnebre
de su triunfo.
Donde estaba el latido
gobierna la nada desierta.
Gastó varias vidas en comprobar,
con la fiebre quemando sus entrañas,
que las sonrisas no se hablan con la muerte,
y que en todos los idiomas del mundo
las esquelas se editan en negro
y las lágrimas rubrican los sentimientos.
Francisco de Sales