No voy a estar siempre
pendiente de tus correrías
y de los desbarajustes
de tu corazón
y de los altibajos
de tus desánimos
y de las algarabías
de tus euforias
y de la inquietud
de tu sueño
y de las dudas
de tu pensamiento
o de los tropiezos
continuos
que en tu vida
se hospedan
y se acumulan
continuamente
así que
desde hoy
renuncio a seguir
perdonando
soportando
sufriendo
tu descontrol.
Francisco de Sales