Si me hubieras dicho
sin tanto silencio
que tu corazón nulo
jamás se enamora
y me hubieras dicho
con voz sincera
que naciste sin alma
y me hubieras dicho
con rotunda claridad
que no insistiera en amarte…
Ahora estaría tranquilo
en una calma indolora
libre de este corazón de trueno
que me explota cada momento.
Francisco de Sales