¿Dónde puedo esconderme para que no me encuentres?
Si me oculto tras los párpados cerrados
me encuentra tu recuerdo y me delata.
Dime dónde nunca me buscarías
para correr inusitadamente hasta ese paraje,
hasta ese refugio donde encuentre la paz mi alma apenada.
Dime dónde no llega tu esencia,
dónde no hay una reminiscencia de ti,
dónde tu existencia no ha dejado su huella,
dónde te evitó la memoria de la historia.
Cada vez que busco el siguiente paso
lo que encuentro es el eco de tu presencia,
tu aroma sutil que emerge del resto,
y una insistencia de todo por recordarme a ti.
¿Dónde habrá otro mundo que me acoja?
¿Dónde podré borrarte como si fueras un trazo de tiza?
¿Dónde hay algo más grande que tú, más intenso,
para que te anule con su cielo?
¿Cuándo te convertirás en olvido,
y lo vivido a tu lado no sea pasado, sino incierto?
Lo necesito para poder renacer de mi presente,
preñarme de futuro, enamorarme de mi pobre yo,
ser la tierra fértil que reciba en mi cuerpo
la semilla prometida, la semilla merecida,
la primera sonrisa que inicie un amor con otra que no seas tú.
Francisco de Sales