En la playa

El cadáver que llegó flotando hasta la playa

traía los ojos mojados de llanto

el vientre hinchado de penas

la boca muda por costumbre

las manos quietas por rendición.

Al hurgar en sus secretos

averiguó el forense

que había muerto por una sobredosis de desamor

ya que le encontró el corazón triste

y la sonrisa sin usar.

Francisco de Sales

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