Deberías dejar tus besos de matar
en la puerta del infierno,
coger el camino de regreso,
volver con los ojos limpios,
el corazón amoroso y ángel,
con la boca feliz,
y el alma sonriente.
Deberías buscar en tus abismos,
y poner al sol del cielo
tus oscuros instintos,
las demandas de venganza y maldades,
los ruines entresijos
y tus malignos proyectos.
Deberías bañarte en luz,
llenar de amor tu cuerpo,
pintar de rosa el aura,
saciar al mundo de cálidos besos,
rescatarte de tu pérdida para siempre,
instalarte en el lado de la felicidad,
y halagarte y alegrarte,
hasta que el infinito deje de serlo.
Francisco de Sales