Romper

“Al final, emborracharnos juntos

era la única forma de poder soportarnos.”

Con mi permiso me lo robo

porque un día yo mismo lo escribí.

Lo escribí porque así lo sentía

y eso es lo trágico:

que no era parte de una poesía sino una confesión,

algo que no sucedió sólo en mi imaginación

sino que asistimos, sin hacer nada por salvarlo,

a nuestro propio entierro.

Desviamos del todo el camino que el destino

había creado para nosotros.

Descompusimos “nosotros” en tú y yo.

Convertimos “lo nuestro” en nada.

Nos contuvimos los suspiros,

tratamos de borrar el pasado,

pero había tanta tragedia,

tantos trozos de ira y tantas explosiones,

que fue imposible.

Queda para la historia imborrable

el tiempo que dedicamos,

como alquimistas del diablo,

a trasmutar el oro en odio.

El día que se hable de hacer mal las cosas

estarán hablando de nosotros.

Deja una respuesta