Todo el dolor

Ardía por dentro

de un modo insoportable,

con un dolor irrespetuoso

que rebasaba el cénit del sufrimiento.

Lo más de lo más.

Se le removía todo.

La angustia y la violencia,

el infierno y la muerte,

los recuerdos y las ausencias.

Quiso llorar pero no puedo

porque ya no le quedaban lágrimas.

Gritó.

Pero dentro,

porque no quiso alertar a su esposo.

Gritó de nuevo, dentro,

y el eco se expandió

por todo el interior.

Lo maldijo todo.

Otra noche sin dormir.

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