A media voz y a media luz
transcurre este ir y caminar
de mis dudas hacia el miedo
y de mi futuro hacia su funeral.
Soy un recipiente muy receptivo
para mis caos y mis conflictos.
Cualquier cosa, menos la paz,
se apodera de mí y de mis desconciertos
y me maneja a su antojo
convirtiéndome en víctima inocente
condenada por sus maquinaciones,
invidente de soluciones,
incapaz de salir indemne.
Soy todo el tiempo marioneta
colgando de los hilos carceleros
de un destino que me odia
y me lo hace saber.
Soy sufriente perpetuo,
soy infeliz y prisionero,
soy rescoldo del infierno,
soy todo…
pero no soy yo.