Iluso…
Creías que el amor es siempre bueno.
Miraste,
con ojos de ciego,
el resplandor sibilino,
la risa de plástico,
los besos luciferinos,
lo malo disfrazado.
Ingenuo…
engatusaste a tus sentimientos
con pensamientos falsos;
coloreaste lo negro,
te mentiste con descaro,
negaste lo evidente:
engaños y más engaños.
Ignorante…
el amor es otra cosa.
No cabe en una definición,
ni vive aprisionado
en la estrechez de los conceptos.
Francisco de Sales