Como el frío insípido de las cámaras de la morgue,
como la indiferencia de los ausentes,
como la alegría de una piedra,
como la voz de un difunto.
Como el colorido de la noche,
como la conversación de una gabardina,
como el fragor de la indiferencia,
como la canción de un mudo.
Como el asfalto de una carretera,
como un helado en el Polo Norte,
como la suela de una zapatilla,
como el cariño de un cañón.
Como la dentadura de Tutankamón,
como una roca lunar,
como el pescado congelado,
como la lejía en las venas.
Amor sin pasión.
Francisco de Sales