Es volar lo que me pide el cuerpo.
Desatarme de los frenos invisibles
que se llaman pereza o abandono.
Es vivir lo que quiero.
Lanzarme a ese torbellino de emociones
donde la gente y el mundo
se expresan y se expanden.
Respirar un aire completo,
activar todos los estados,
ponerle mayúsculas a la vida.
Vivir mi vida.
No dejar sonrisas en el tintero,
ni abrazos en el deseo,
ni besos resecos en la boca.
Vivir.
Aunque no sepa cómo decirlo.
Francisco de Sales