Tu muerte no cabe en mi pensamiento
y sí cabe en mi desolación.
Mi dolor se ha hermanado con tu ausencia.
Aún no puedo conjugarte en pasado:
mis lágrimas están ardientes
y mi corazón alborotado.
Tu muerte anula mi felicidad,
todos mis sentimientos me hablan de ti,
toda mi atención te añora,
el vacío de tu ausencia acapara mi tristeza.
No quiero tener que enfrentarme
a un mundo por el que tú no pasees,
ni quiero vivir en esta pena,
ni escuchar el eco de tu silencio
que es muy doloroso y notable.
Sobrevivir sin ti será duro,
olvidarte tarea inútil,
sustituirte imposible,
añorarte será lo cotidiano.
Tu ausencia es la ausencia más insoportable.