Empiezo escribiendo “te amo”.
Cualquier cosa que añada después
será bien vista,
bienvenida
y bien aceptada.
“Te amo” rompe el fuego,
allana el camino,
ablanda el corazón.
Lo que siga
-salvo que sea un auténtico desastre-
encontrará una sonrisa de acogida.
“Te amo”
le dice tu voz a mi oído,
mi corazón al tuyo,
mi deseo a tu rubor.
“Te amo”.
Eso es todo
y no necesito adjetivos,
ni metáforas,
ni analogías.
Sin maquillaje.
Queda bien simplemente “te amo”.