En el Tiempo de los Arrepentimientos

Después de tanto romperme

y de morir casi a diario,

de perseguir mis sueños

en dirección opuesta,

de morderme el alma

para no explotar ineducadamente,

y después de mirarme al espejo

y comprobar que soy invisible,

de rezar a mil dioses

sin ser escuchado,

de castigarme como no merezco,

de amarme nada y nunca,

de anochecer llorando

y amanecer llorando,

después de todo,

lo único de lo que me arrepiento

es de no haberme buscado antes,

cuando me perdí.

El Tiempo de los Arrepentimientos

es inclemente.

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