El hijo de tu vientre

El hijo de tu vientre

corretea su inocencia por el cielo y por la tierra,

experimentando el vacío sin miedo,

atento a los juegos que le proponen

su poca edad y su incansable curiosidad.

Hace poco tiempo que ya pisa el suelo, con tropiezos,

y que se aventura a correr por el pasillo

al alcance de las paredes

por si tuviera que pedirles su apoyo.

Sonríe con soltura

desde que nació.

En cambio,

la voz,

tan leve e indecisa,

aún no compone bien las frases

que contarían sus inquietudes.

Juega.

La vida espera al hijo de tus entrañas.

Le espera como a un hijo,

aunque no sea un hijo que abombó su vientre.

Francisco de Sales

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