Angélica, mi amiga

Se me confunden en el recuerdo

tu llanto de ojos apenados

con tu risa amplia y perfecta.

No podría fijarte en una foto

pues se movería tu boca,

a veces línea apretada y apagada,

a veces carcajada libre y sonora,

y tus ojos saltarían del negro al acuoso.

Imposible.

Carcajadas que rompen tristezas y

lágrimas que son amor destilado:

excelente mezcla que te hace valer más.

El mundo gira a paso quieto en tu espera,

mientras te rompes y recompones en cada intento,

mientras mueres y naces a fuego lento,

cada vez más felina, grande y cariñosa,

cada vez más luna, primavera y rosa.

Francisco de Sales

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