Negro y sus sinónimos

No quiso caer en la tentación de ser feliz,

no fuera a ser que al día siguiente

una bandada de ilusionados augurios

reclamara constancia en la dicha y la sonrisa

y se viera obligado a mendigar felicidad

a la salida de las Iglesias

para alimentar ese estado antinatural en el humano

de ser feliz cotidianamente.

Prefirió reincidir en su pesadumbre gravosa,

conocida herida cotidiana

y recomponer el rostro adusto de diario,

esa pesadez consuetudinaria en la mirada,

la tristeza y la desesperanza

la mano de pintura negra al porvenir

y su nombre en una esquela.

Con esa felicidad en clara depresión

salió a lo cotidiano

y se sintió afligidamente a gusto.

Francisco de Sales

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