Desalabraduras

Destellos de amapolas en tus ojos viperinos,

racimos de promesas en tu corazón,

alamedas florecidas son tus venas,

y el día es un arrecife de espejos,

una bola amarilla de deseos,

el amanecer en el infierno ecuatorial;

los ojos se estrellan contra la idea,

las palabras no se oponen a sus matrimonios;

halagüeño busca rimar con desesperación,

la albahaca sueña con su origen moruno,

los jazmines taladran el mar con sus picos

y vuelan al polo sur al llegar el invierno;

los astros se inmolan en los fuegos fatuos,

allá donde el picador puso su última pica,

en Flandes, donde nunca llueve,

república en fiestas de difuntos;

campo alejandrino y dórico,

estrella judía duermevela errante botijo,

besos arrabaleros, tangos en flor,

amor a tocateja, bárbaro, felino,

Asdrúbal, la mujeres de Madrás,

puertas de la radio que caen rendidas

al paso alegre de la Paz.

Francisco de Sales

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