Quizás pensaban en mí cuando te hicieron.
Quizás alguien supo que me gustan las calles estrechas,
los balcones casi tocándose
y las esquinas que esconden la siguiente calle.
quizás averiguaron que necesitaba brisa
y pusieron también el mar
y lo pintaron de azul frío.
Colocaron una playa para mis paseos
y agitaron las olas para que tuvieras sonido propio.
Te pintaron de blanco blanco
con pinceladas de árboles verdes.
Cuando terminaron de crecer tus casas
y se secó la última gota de cal
decidiste quedarte, tan bien situada
y ser como eres, para ser bella.
Después firmaste un pacto con el sol
de juntos hasta la muerte.
Él te daría luz y calor
y tú, descanso, cariño y albergue.
Francisco de Sales