Se le quedaban los besos
colgando de los labios,
como babilla de caramelo,
como hilo de miel…
como si fuera el tonto del pueblo,
el de la risa torcida,
el juguete vivo de la malevolencia de los niños,
el que recibe continuas chanzas
aderezadas con alguna malicia…
eso parecía con los besos colgando de los labios,
besos con destino al cielo del olvido,
sin alas, sin pasión, sin brillo,
como los besos de las rocas
cuando se enamoran equivocadamente de los árboles…
eso parecía con esos besos tan inútiles
colgando de sus labios
lacios y mustios.
Francisco de Sales