No me acostumbro

a la insensatez

de mi pensamiento.

A mis espaldas,

yo distraído,

maquina delirios

o se complace en desobedecerme.

Le he prohibido

expresamente

que se entretenga en pensar en ti.

No me hace caso.

Me escribe tu nombre

en todas las cosas que veo

y pasea tu cuerpo desnudo

por delante de mi deseo.

Cualquier día

renegaré

de todos mis pensamientos.

Francisco de Sales