Futuro simple

Salvemos los instantes mágicos,

que los hubo.

Grabemos y fijemos las risas:

hagámoslas imborrables.

Recordemos lo bello,

los inicios,

aquella fe de entonces,

la magia que hacíamos.

Entonemos ambos un mea culpa sincero.

Que se encargue el corazón, que es de fiar.

Rescatemos después los besos

que aún deben estar latiendo en algún lado.

Volvamos a soñar aquellos sueños,

a sonreír las sonrisas,

que brillen aquellos brillos.

Lloremos lágrimas de agradecimiento.

Gimamos el dolor.

Maldigamos a los culpables,

aunque hayamos sido tú y yo.

Deja una respuesta