Rastreo

Rastreo por entre las sábanas lo que queda de ti

una hora después de las andaduras

de tu cuerpo por mi cuerpo y viceversa.

Se fundió el tuyo con el mío,

no se sabía quién estaba dentro de quién,

de quién era cada suspiro

o el origen de todos los gemidos.

Tu sudor y el mío eran el mismo, los dos nos pertenecían,

de los dos fuimos culpables.

Compartimos el mismo eco, pero…

tú te fuiste y yo me quedé.

Rastreo por el aire tu olor animal

-el que te corresponde-,

mi colonia y tu olor puro,

tus jadeos sin pudor con los míos tibios,

lo ya pasado y la añoranza,

el eco de tu nombre,

lo que no dijimos.

Rastreo en mis recuerdos

-aún humeantes y vivos-

esa sonrisa tan pícara,

aquella mirada indescriptible,

una lágrima que no entendí

y cuanto amor te tengo.

Deja una respuesta