Aquella mi infancia

Mi infancia corrió

por calles sin asfaltar,

por campos sin desbravar,

y por el patio de un colegio.

Corrí el mundo

en las calles que rodeaban mi casa,

y entre árboles de otro siglo,

bajo el sol de siempre.

Mis piernas novicias,

huesillos recién nacidos,

fueron entonces mis alas y mi coche y mi caballo.

Tuve el infinito al alcance de mis piernas.

Todos los mundos imaginarios me fueron sumisos.

Lo imposible y lo prohibido desaparecieron.

Tanto correr…

para llegar a hoy,

a esta edad,

a este cansancio,

a este sitio tan lejos de mi infancia,

que me sigo alimentando

de recuerdos y nostalgias.

Francisco de Sales

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