Voy a decirte que te quiero.
No sé dónde buscaré
las palabras cómplices y complacientes
que expresen mi inexperiencia
con soltura.
Recurriré a hablar de sentimientos,
de tu presencia y tus apariciones
sin programación y sin aviso;
hablaré de mi pensamiento ocupado,
sin límites y sin usura,
por tu imagen constante;
deberé decirte cosas de mi alborozo,
y de los sueños de mi futuro;
habré de mencionar con insistencia
la palabra amor y sus sinónimos;
repetiré sin miedo la creación insuperable
que resiste todos los tiempos:
te quiero.
Infinitamente.
Te quiero.
Sin límites.
Te quiero.
Francisco de Sales