Estoy desnuda en mi cama.
Tengo un cuerpo hermoso.
Pienso que más de mil millones de hombres
querrían pasar esta noche conmigo.
Pero estoy sola.
Sola.
Sola.
Sola.
No hay otras palabras para describirlo: sola.
Podría estar rodeada de personas.
Podría quedar con alguna amiga.
Pero estoy sola.
Y siento dura la soledad sin palabras,
sin definiciones.
La siento como un peso
silencioso,
duro,
triste.
Y pienso en la gente que no está conmigo
y en la gente que estará como yo
añorando otra voz,
otra presencia,
un roce,
por qué no decirlo,
un abrazo,
dos.
Un beso, no voy a negarlo,
una caricia,
mil,
más abrazos,
un poco de corazón,
una mirada,
pero sólo tenemos la soledad
y se sentirán como me siento yo:
sola.
Solos.
Sola en un vacío de humanidad,
la estancia se vuelve opresiva
y no me acoge como madre
ni me calma ni me alienta.
Sola a duras penas,
más trágica que esperanzada,
más doliente que viva.
Pienso en las estrellas y en la luna…
¿se sentirán solas?,
¿cómo escapar de este penar que me aplasta,
esta tristeza que me tiene prisionera,
este sin vivir que me acapara?
Estoy en una soledad infinita
y esta cama es mi ataúd.
No veo más allá de la tragedia de estar sola,
de que se me acabe el mundo tan cerca,
de que mi corazón esté tan desocupado.
Pienso que pienso desordenadamente
y en un tono negro muy depresivo,
porque estoy sola en esta cama gigante
y soy muy pequeña.
Tan pequeña y tan sola…
Sin ti, si es que existes,
sin quien lee esto
cuya presencia sería hoy muy bien recibida
para que me prestara un hombro
o unos oídos comprensivos
o unas palabras reconfortantes.
Sola… me pesa gravemente
y esta noche me roba la vitalidad
y me condena a la muerte en vida.
Silencio.
El vacío de la tristeza se apodera de mí.
El silencio me duele
y queda tanta noche
y tanta soledad a solas…
Sola.
Si digo que estoy sola
y me siento sola
no es necesario añadir más.
Sálvame de mí misma si puedes.
Estoy metida en una rabia laberíntica
de la que no sé ni puedo escapar.
Giro continuamente en torno a lo mismo
y eso se vuelve insoportable.
Sola, y el horizonte cercenado.
Sola, y el futuro ausente.
Sola, y me vuelvo trágica.
Cualquier esperanza se aborta,
el tiempo se congela,
mi luz se muere.
Sola, de morir mil veces.
Sola, de pena negra.
Mi hermoso cuerpo sin abrazos,
mi corazón sin alegrías,
mi alma sola.
Qué ganas tengo de que llegue el día,
o la alegría,
para seguir viviendo.
Sola.
Desnuda.
Pienso.
La noche me tortura y atormenta.
¿Por qué estoy sola?