Inútilmente

Inútilmente pedí al Cielo

que pusiera amor en tu corazón

o que tu alma saliese de su letargo imperdonable

y exigiera el lugar que le corresponde,

que resucitaran tus sentimientos

-si es que alguna vez estuvieron vivos-,

que probases las lágrimas

y el ácido que arrastran.

Inútilmente pedí al Cielo

la demostración de un milagro,

que te rehiciera de nuevo,

que pusiera besos en tus labios,

sobresaltos en tu vida,

alboroto en tus deseos,

y la fiebre del amor

en la sangre de tus venas.

Inútilmente.

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