Rechazo esta travesía
por la pena y el dolor
con los pies descalzos,
librando una fragorosa batalla
con la nostalgia y sus secuelas,
tratando de eludir los sentimientos
con resultados nulos,
mil veces roto,
perdido,
náufrago en mi propia vida,
angustia y sufrimiento;
esta vida es una muerte ingrata,
respirar me duele,
llorar es un suplicio,
contener el llanto me resulta imposible.
No he convocado a los diablos
para que me flagelen de este modo;
no he profanado a los Dioses
para que se venguen de este modo.
Sólo quiero PAZ.
Ojalá ella me quiera a mí.