Confío en que haya un Cielo
-por justicia-
en el que puedan resarcirse
los que son y han sido pobres
de espíritu,
de alegrías,
de dinero,
de cualquier cosa,
porque tiene que haber algo que compense
-por justicia-
que uno sólo haya conocido
tristeza,
dolor,
desazón,
desamor,
pobreza.
Confío en que haya un Cielo
-por justicia-
tan amplio como infinito
porque hay muchos
que merecen entrar.