No vivió

Siempre escogió el camino fácil.

El que no le salpicara el corazón,

el que no le provocara sobresaltos,

el que no arrugara sus sentimientos.

No quiso mancharse de problemas

-le espantaba tener que sufrir-,

rechazaba los disgustos,

se manejaba mal con la pena.

Era un cobarde en esto de vivir,

prefería una vida plana y sosa

antes que los altibajos correspondientes

a esto de tener alma, corazón y vida.

Así que desperdició la mitad de la vida o más.

No gastó ni una sola de sus lágrimas.

No llegó a estrenar la sonrisa

y jamás una risa

y menos aún una carcajada.

Se murió sin estrenar los sentimientos:

aburrido, taciturno, frío.

Resumiendo: no vivió.

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