Mueve montañas

Se enfrentó a su destino

y le hizo cambiar todos sus planes,

incluso los inamovibles;

desobedeció al porvenir

que quedó desconcertado

porque era la primera vez

que alguien le contradecía;

obligó al futuro

a desmontar los proyectos

en los que estaba prevista su intervención;

sólo aceptó lo que era benevolente

y lo que olía a jazmín.

Creó un descalabro tal

que tuvieron que intervenir el Creador

y el responsable de Grandes Proyectos

para tapiar los caminos que le habían previsto,

redirigir los inconvenientes,

repintar los días de luto

y desmontar eventos y desencuentros.

Es lo que tiene la fe en uno mismo:

que mueve montañas de problemas evitables.

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