Tiemblo.
No es la primera vez que tiemblo.
Ya lo he hecho otras veces.
Y cada una de ellas por un motivo distinto.
Ahora no es por frío.
Es por una emoción.
Es algo más que un escalofrío.
Tiemblo
por un recuerdo entrometido que ha venido a alterar mi calma.
Maldito sea.
No está bien que mi ánimo se desanime a causa de una entelequia,
que me sienta amenazado por nadie
y que un miedo sin manos
me zarandee sin respeto.
Tiemblo
el futuro no me aclara nada,
la noche no me ofrece un buen pacto,
mi vida sigue siendo una gran desconocida;
es la primera vez que vivo y soy inexperto.
Tiemblo
y no sé si es mejor huir
o es mejor acostumbrarme.