Me pongo frente a ti.
Sigo atento el contorno de tu silueta,
tu gesto decidido y ligero.
el baile de tus ojos,
tu mirada,
la cadencia de tu voz,
tu boca
-que es solicitada por mi deseo-,
otra vez tu mirada,
tu brillo intenso,
el cuello.
Me maravillo.
Me pongo frente a ti.
Sigo atento el contorno de tu silueta,
tus caderas discretas,
la cintura mínima,
los presumidos pechos,
las piernas corintias,
el conjunto entero.
Me maravillo.