Y mi muerte sin muerto

Enseguida llegó el olvido

y se lo llevó todo.

Los más preciados recuerdos,

los momentos tan bien atesorados,

las noches de amor,

tu voz y su eco.

Enseguida llegó el vacío,

desaparecieron los agarraderos,

me robaron la esperanza,

me secuestró el invierno.

Y tras el vacío el llanto,

el presente borroso,

el futuro pendenciero,

el pasado hecho de espinas.

Y luego la noche eterna,

los horizontes cerrados,

la vida sin alicientes,

la nada implacable.

Y el adiós sin palabras.

Y mi muerte sin muerto.

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